SANTA MISA DEL DÍA DE HOY MARTES 4 DE MARZO DEL 2025

SANTA MISA DEL DÍA DE HOY MARTES 4 DE MARZO DEL 2025

A continuación, te presento las lecturas correspondientes a la Santa Misa del martes 4 de marzo de 2025, junto con una reflexión basada en la liturgia del día. Dado que esta fecha cae en la VIII semana del Tiempo Ordinario (año impar, ciclo B), las lecturas están tomadas del Leccionario para días feriales del Tiempo Ordinario. Este día no coincide con una fiesta litúrgica mayor según el calendario general, por lo que se utilizan las lecturas propias del martes de la VIII semana. Sin embargo, el 4 de marzo se conmemora a San Casimiro (memoria opcional), y podría incluirse una mención si la comunidad lo celebra. Santa Misa - Martes 4 de marzo de 2025 Lecturas del Día Primera Lectura: Eclesiástico (Sirácida) 35, 1-12 “El que observa la ley multiplica las ofrendas; el que guarda los mandamientos ofrece un sacrificio de comunión. El que devuelve un favor hace una ofrenda de flor de harina; el que da limosna ofrece un sacrificio de alabanza. Apartarse del mal es complacer al Señor; apartarse de la injusticia es un sacrificio de expiación. No te presentes ante el Señor con las manos vacías, pues todo esto es lo que prescriben los mandamientos. La ofrenda del justo enriquece el altar, su perfume sube hasta el Altísimo. El sacrificio del justo es aceptable, su memorial no se olvidará. Glorifica al Señor con generosidad, y no escatimes las primicias de tus manos. Cuando hagas tus ofrendas, pon cara alegre y paga los diezmos de buena gana. Da al Altísimo como él te ha dado a ti, con generosidad, según tus posibilidades. Porque el Señor sabe recompensar y te devolverá siete veces más.” Palabra de Dios. Salmo Responsorial: Salmo 49 (50), 5-8, 14, 23 R. “Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.” “Congregadme a mis fieles, que sellaron mi pacto con un sacrificio. Proclame el cielo su justicia; Dios en persona va a juzgar.” “Escucha, pueblo mío, voy a hablarte; Israel, voy a dar testimonio contra ti; yo, Dios, tu Dios. No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí.” “Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo.” “El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios.” Evangelio: Marcos 10, 28-31 “En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: ‘Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido’. Jesús dijo: ‘En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones– y en la edad futura, vida eterna. Muchos de los primeros serán últimos, y los últimos, primeros.’” Palabra del Señor. Reflexión Hoy, martes 4 de marzo de 2025, la liturgia nos invita a reflexionar sobre el verdadero sentido de la ofrenda y el seguimiento de Cristo. La primera lectura del Eclesiástico nos enseña que las ofrendas agradables a Dios no se limitan a lo material, sino que abarcan una vida recta: observar la ley, practicar la justicia, dar limosna y apartarse del mal son verdaderos sacrificios que enriquecen el altar del Señor. No se trata solo de cumplir ritos externos, sino de ofrecer un corazón generoso y alegre, confiando en que Dios recompensa abundantemente. El Salmo 49 refuerza esta idea: Dios no necesita nuestros holocaustos materiales tanto como nuestro corazón agradecido y nuestro compromiso con su camino. La “acción de gracias” y el “buen camino” son las ofrendas que realmente lo honran y nos abren a su salvación. En el Evangelio de Marcos, Pedro, con su espontaneidad, expresa una inquietud humana: ¿qué ganamos al dejarlo todo por seguir a Jesús? La respuesta de Cristo es clara y consoladora: quien renuncia por Él y por el Evangelio no pierde, sino que recibe “cien veces más” ya en esta vida –aunque con persecuciones– y la vida eterna como promesa definitiva. Jesús no promete una vida sin cruz, pero sí una fecundidad sorprendente: la comunidad de fe, la fraternidad y la esperanza eterna superan cualquier sacrificio. Aplicación personal: Este martes, preguntémonos: ¿Qué estoy ofreciendo al Señor? ¿Mis actos reflejan una entrega generosa o solo un cumplimiento formal? El ejemplo de San Casimiro, quien renunció a honores mundanos por amor a Dios y a los pobres, nos anima a vivir con desprendimiento y a confiar en las promesas de Cristo. Que este día sea una oportunidad para renovar nuestro seguimiento, sabiendo que el Señor multiplica lo que le damos con fe. Conviértete en miembro de este canal para disfrutar de ventajas:    / @lamisahoy